La historieta o “cómic” no es un arte que haya estado ausente en el Perú. Desde principios de la república, hubo quienes dedicaron a la política nacional – de por sí anecdótica- ingeniosas caricaturas, que con el tiempo se decantaron en originales historietistas que nos ofrecieron, no ya dibujos aislados, sino aventuras completas, algunas de ellas dignas de reeditarse en el formato denominado “comic book”, tanto por lo original de su propuesta como por la calidad de sus gráficos.
La consolidación de esta “historieta nacional” (supongo que hoy en día se diría “comic peruano”) tuvo lugar, a mi juicio, durante las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado. Es triste insistir en ello, pero parece que el Perú ha entrado en una etapa ¿irreversible? de decadencia cultural y creativa.
Tomado de Ciencia ficción Peru
Daniel Salvo © agosto de 2004
(artículo publicado originalmente en Velero 25 Ciencia Ficción Peruana)
El presente artículo tiene como base la estupenda muestra realizada en la sede del Instituto Cultural Peruano Norteamericano de San Miguel, Lima, a cargo de Melvin Ledgard, quien –oh sorpresa- es también el creador de algunos personajes como Calibán (un diablo ingenuísimo) y un profesor de historia universal que me hizo ver la historia como algo divertido. El título de la muestra fue “De Supercholo a Teodosio”, y se centraba en la historieta nacional producida durante las dos décadas mencionadas. Sin embargo, aunque el alcance del trabajo de Ledgard es más amplio, es justo reconocer que las historietas de ciencia ficción o con elementos del género ocupan un lugar central. No podía ser de otra manera: hasta los años cincuenta, el Perú era un país atrasadísimo, cuya capital apenas sobrepasaba los cincuenta mil habitantes. El fin de la segunda guerra mundial y un cierto desarrollo de la industria trajeron una ola de modernidad, al menos para un sector de la población (reducido, lamentablemente) y de confianza hacia el progreso tecnológico.
La consolidación de esta “historieta nacional” (supongo que hoy en día se diría “comic peruano”) tuvo lugar, a mi juicio, durante las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado. Es triste insistir en ello, pero parece que el Perú ha entrado en una etapa ¿irreversible? de decadencia cultural y creativa.
Tomado de Ciencia ficción Peru
Daniel Salvo © agosto de 2004
(artículo publicado originalmente en Velero 25 Ciencia Ficción Peruana)
El presente artículo tiene como base la estupenda muestra realizada en la sede del Instituto Cultural Peruano Norteamericano de San Miguel, Lima, a cargo de Melvin Ledgard, quien –oh sorpresa- es también el creador de algunos personajes como Calibán (un diablo ingenuísimo) y un profesor de historia universal que me hizo ver la historia como algo divertido. El título de la muestra fue “De Supercholo a Teodosio”, y se centraba en la historieta nacional producida durante las dos décadas mencionadas. Sin embargo, aunque el alcance del trabajo de Ledgard es más amplio, es justo reconocer que las historietas de ciencia ficción o con elementos del género ocupan un lugar central. No podía ser de otra manera: hasta los años cincuenta, el Perú era un país atrasadísimo, cuya capital apenas sobrepasaba los cincuenta mil habitantes. El fin de la segunda guerra mundial y un cierto desarrollo de la industria trajeron una ola de modernidad, al menos para un sector de la población (reducido, lamentablemente) y de confianza hacia el progreso tecnológico.
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